Es esta una cultura muy desconocida que se expresó y manifestó en poblados del sudeste de la península ibérica en el Bronce Antiguo, floreciendo a principios de la Edad del Bronce, entre 2200 y 1550 antes de nuestra era.
Es una de las culturas antiguas mejor estudiadas gracias al excelente estado de conservación de sus restos arqueológicos pero que aun no se hace eco suficiente en la sociedad, ya que para la mayoría de esta, la cultura antecesora a griegos y fenicios, ya autóctona del sureste de la península Ibérica que desarrolló una sociedad compleja, dividida ya en clases, con centros urbanos fortificados, calles y élites guerreras, es la gran desconocida.
Posiblemente porque fue descubierta y definida a finales del siglo XIX por los hermanos Siret que publicaron sus descubrimientos bajo el título de Las primeras edades del metal en el sudeste de España en 1890, pero incluso con esa excusa puedo comprobar que en mi caso yo ya no lo estudié en la escuela, y que me quedé con los íberos.
Este complejo fenómeno organizativo humano que se extendieró por Andalucía Oriental y el Levante, debe su nombre al yacimiento epónimo de El Argar, en el municipio de Antas sobre el río Antas en Almería, se sabe que hay una clara continuidad con la época previa de Los Millares (Edad del Cobre) epónimo en el municipio de Santa Fe de Mondújar, también en Almería.
El Cerro de la Encina es otro yacimiento arqueológico argárico situado en el municipio de Monachil, en la provincia de Granada, España. Se levanta sobre una escarpada colina y sus laderas a 780 m, sobre la margen derecha del río Monachil.
Esta cultura se caracteriza por la existencia de poblados situados en áreas de difícil acceso o fortificados, casas de planta cuadrada construidas con piedra y adobe, enterramientos en cistas, (del griego: κίστη, cofre o caja) es un monumento funerario individual, de pequeñas dimensiones.), así como tinajas o covachas bajo el suelo de las propias viviendas, una clara uniformidad material, la abundancia de armamento militar y una progresiva estratificación social. Se extiende por el sudeste peninsular, ocupando las provincias de Almería y Murcia, así como parte de Granada, Jaén y Alicante.
Los yacimientos en Murcia de La Bastida ( Totana) y La Almoloya (Pliego- Mula) son más increíbles ejemplos que muestran la complejidad de la sociedad que habitaba el territorio y que era muy avanzada y conquistadora.
Un cultura organizada, que contaba con una sala de parlamento, en la que participaban mujeres, donde los dirigentes organizaban la vida de su población, con actividades artesanales, agrícolas, con producción cerámica decorada, copas de peana estrecha para vino o cerveza, botellas y otros utensilios que aparecen en tumbas de cierto prestigio social, lo que alude a una jerarquización gracias al ritual de enterramiento. Su infraestructura es de barro de colinas próximas, también en espacios fortificados.