el cerro de las cabezas

Lugares místicos

El conjunto de enclaves geográficos místicos que llevamos tiempo considerando y estudiando, engloban lugares a lo largo y ancho del territorio, que a pesar de la recambolesca historia de conquistas y dominios, según nos cuentan los que ganan, son obvio lugares que tiene algo especial posiblemente para los primeros moradores del lugar.

El cerro de las cabezas.

De tan descriptivo nombre del lugar que se encuentra en Fuente Tojar, Córdoba, en la increíble área de la Subbética, lo que seguro vimos fue el cerro, a 757 metros del nivel del mar, y en cambio las cabezas las intuimos pero no llegamos bien a entender el concepto del topónimo. Este yacimiento arqueológico, y por ventura solitario, dio hogar a íberos y posteriormente romanos, y a simple vista, tras el paso de la historia de la guerra civil española (1936-1939) cuesta entender que piedra era de quien, sabiendo que también en otra época como Tartésico e incluso del Calcolítico fue ya habitada. En cualquier caso los diferentes asentamientos coinciden que fueron dentro del actual perímetro que queda bastante claro y evidente todavía, con sus 20 hectáreas, de lo que los romanos llamaron el municipium.

Pero lo que es indudable es el valor natural y estratégico del promontorio tan propio de los íberos, un lugar alzado sobre roca caliza con unas vistas increíbles del territorio adyacente, de difícil acceso, pero a la vez con una superficie alzada suficientemente ancha y amplia, con una espaciosa meseta para que se diera la vida en colectividad flanqueada en una de sus caras por un inaccesible barranco. Es tal vez el caso de nuevo de la falta de localización de agua superficial como fuentes o ríos, lo que lleva a pensar que ese recurso lo tendrían facilitado de alguna otra forma a pesar del nombre del pueblo.

El asentamiento romano, llamó al lugar parece ser  Iliturgicola, y actuó como centro de organización política y socio-económica de la zona en la época, aunque la palabra o topónimo Sucaelo, según Plinio también fuera posible.

De este yacimiento se han extraído piezas como algunas estatuas de mármol de hombres togados y una hermana del Dios Baco ( Herma de Baco siglo II d.C u delicado fauno coronado con hiedra) , así como otro tipo de elementos que tienen que ver con la decoración doméstica sacra, espiritual y simbólica.

Cerca de dicho cerro se encuentran varias necrópolis íberas, alejadas de la zona de vida pero parece ser relacionadas.

Se encontró y se encuentra en el Museo Arqueológico de Córdoba, un delicado objeto que trata de un ungüentario fenicio de pasta vítrea datado en el siglo IV a.C. Formaba parte del ajuar funerario de uno de los enterramientos localizados en la segunda campaña de excavaciones (década de 1980) en la necrópolis de Los Torviscales, en Fuente Tójar, relacionada con el yacimiento del Cerro de las Cabezas.

Fuente Tojar se encuentra ligeramente escondida entre Alcaudete (Jaén) y Priego de Córdoba y durante el dominio musulmán fue conocida como el Tushar al-Ayn hasta que durante la reconquista de Alcaudete 1244 y Priego en 1225, también cae el asentamiento ante el asedio de Fernando III, el Santo. Entre dichas poblaciones las ordenes de los Calatravos, pero también templarios dejan señales de su paso ya que participan en la reconquista hasta la expulsión de estos últimos en 1312

La qaria Tuxar-al-Ayn o aldea de la Fuente de Tójar , a decir por el famoso viajero Al-Idrisi en el siglo XII, hace referencia a un parador en la ruta Córdoba-Granada, la aldea (Tuxar).

(Abu Abd Allah Muhammad Al-Idrisi; Ceuta, 1100 – Palermo, 1166) Importante cartógrafo y geógrafo musulmán

Un romance de frontera, los romances fronterizos son documentos poéticos de la historia de las dos comunidades enfrentadas (la cristiana y la musulmana) que poetizan hechos históricos que se alimentan con frecuencia de las crónicas de la época, salpicados de escenas entrañables de la intimidad de los protagonistas. Poetas épicos anónimos que cantan no tan solo las tomas de ciudades significativas, sino otros hechos de armas que se producían en la frontera, como son las correrías y los duelos de paladines, así que esta cuenta la historia de amor entre un caballero del Temple y una doncella, raptada por brujas, en lo que más tarde se denominó «El barranco de las Brujas».

Fuera lo que fuera ese barranco impresiona tanto como los sueños de la amada cuando era raptada por las infames féminas hechiceras. Un tema recurrente en el ideario de las leyendas que giran entorno a la historia de la Orden, que muy bien promovió el papa que los expulsó a cerca de la memoria popular asociada a temas de brujería y ocultismo.

También se encontraron en el lugar otros hallazgos en relación a la orden como distintas cruces patada (La cruz pátea, patada o cruz templaria, es aquella cruz cuyos brazos se estrechan al llegar al centro y se ensanchan en los extremos. Su nombre proviene de que los brazos de este tipo de cruz parecen patas), además de un misterioso cáliz, grabado en una roca, al noroeste del antiguo asentamiento íbero-romano del Cerro de las Cabezas. Una clara alusión al mítico Santo Grial que, según la tradición, fue custodiado por el Temple antes de arribar a la Catedral de Valencia.

Hay lugares que sin conocer su historia, cuando la vida te lleva a visitarlos, entiendes la importancia de su significado no solo histórico sino especialmente naturalmente mágico.

1 comentario


Comments are closed.