La sal de Albendín, Córdoba

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¿Qué tendrá la sal que viene de cualquier lugar inesperado?

Cuando conocí a Rafael, sus manos delataban campo, primero pensé que era aceite, deducciones típicas de una primera mirada, pero había llegado hasta allí muy bien acompañada, Dolores era de nuevo mi guía. Una maravillosa mujer enclavada en la tierra en su conocimiento y en su amor por el campo, los frutos y la naturaleza, un regalo que la vida me ofreció en Andalucía.

No hasta la segunda vez entendí de que se trataba, para alguien de ciudad, nacida en una gran urbe de asfalto y calles, que el manantial sea salado, era algo que sorprende y mucho.

-¡bebe! dijo Rafael.

Y allí, en pleno campo cordobés, ese trago salado en la boca, le devolvió a los botones gustativos de mis papilas el sabor a mar, a océano, y una sonrisa espontánea surco mi cara, ante la satisfacción del feliz salinero; porqué sin duda es esta una #experienciaúnicadevida.

Rafael me contó, que su padre, su abuelo, y así hasta la sexta generación habían extraído sal del manantial. Un lugar aquel para el que muchos, incluida yo, a simple vista no hubiéramos atribuido a aquel sitio ningún valor imaginado más que el de un angosto camino de carros por el que nos habíamos perdido con las indicaciones.

Y ese cristal blanco esculpido gota a gota, no por la acción de ningún cincel, sino por la simple acumulación perfecta y controlada de la naturaleza, colgaba de una estructura sencilla donde montones de estalactitas de cristales de sal mostraban su belleza arquitectónica increíble e indescriptible.

En esa pedanía sin litoral de la Córdoba interior de Andalucía, antes pasaba hace millones de años el mar de Tetis que cubría toda la cuenca del rio Guadajoz. El mar se secó y dejó como consecuencia en la tierra mucha de su sal embolsada. El manantial de emerge de la tierra de Vadofresno es una de la veintena de salinas que hay aun en la zona, y que de una poza surge con toda naturalidad. La sal de Albendín, comercialmente conocida como Gabela de Sal, está declarada patrimonio hidráulico y gastronómico, y cuenta con el premio nacional a la mejor elaboración de sal artesana, su sabor es sencillamente maravilloso.

He paseado por esos parajes ya desde hace unos años, y lo que aún me sorprende es como la tierra por debajo está mucho más conectada que los que vamos a toda prisa desde arriba, un día os relataré mi aventura en la Laguna de Sal que no existía, pero lo que me llevo de esta tierra es una ve más la humildad y la gracia.

El origen del rio Guadajoz, está en la frontera entre las provincias de Córdoba y Jaén, cerca de la aldea de Todosaires, unión de los ríos San Juan, que viene de Jaén, y Almedinilla. El río inicialmente sigue una dirección sureste-noroeste, desembocando el río Salado y el arroyo Cañaveral en su margen izquierdo y el río Víboras en su margen derecho

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Muchas personas aún me preguntan como llego a todos estos sitios, lugares que me enriquecen el alma, y la verdad es que no lo sé, siempre ha sido así, me dejo ir, confío en el escenario natural que nos mantiene a todos en este maravilloso planeta.

Sal, es la raíz de salario, la moneda con la que se pagaba a los soldados romanos al servicio del imperio, y si bien ya no es ese su destino, salarios es aún la dependencia y el problema de muchos ciudadanos del mismo imperio.